Un poeta en las misiones jesuítico-guaraníes

El poeta español José María Cotarelo Asturias no quiso seguir las huellas de poeta en Nueva York,título de un poemario escrito por Federico García Lorca entre 1929 y 1930 durante su estancia en la Universidad de Columbia (Nueva York), así como en su siguiente viaje a Cuba, y publicado por primera vez en 1940, cuatro años después de la muerte del poeta.
A Lorca le impactó profundamente la sociedad norteamericana, y sintió desde el inicio de su estancia una profunda aversión hacia el capitalismo y la industrialización de la sociedad moderna, al tiempo que repudiaba el trato dispensado a la minoría negra. Poeta en Nueva York fue para Lorca un grito de horror, de denuncia contra la injusticia y la discriminación, contra la deshumanización de la sociedad moderna y la alienación del ser humano, al tiempo que reclamaba una nueva dimensión humana donde predominase la libertad y la justicia, el amor y la belleza.2 Es por ello por lo que puede ser considerada una de las obras poéticas más importantes y relevantes de la historia de este arte, dado su trascendentalismo. Una crítica poética en un momento de cambios económicos y sociales de una magnitud única en toda la historia de la humanidad, que convierte esta obra en una profunda reflexión pesimista y hace que sea un nexo de unión entre el modernismo y la nueva era tecnológica.

En tanto, Cotarelo Asturias miró con ojos de sorpresa el legado de los jesuitas en tierra coloraday eligió ser el protagonista de una nueva mirada entre los pueblos asentados en Paraguay Argentina y Brasil.

San Ignacio Guazú, San Ignacio Miní, Loreto, Santa Ana, San Carlos entre tantas otras.

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