Singapur es simplemente alucinante. Su Metro atraviesa la ciudad de lado a lado y en pocos minutos se accede a cualquier lugar.
Dos horas antes de la medianoche del último día del 2019, este cronista, actor de turismo y viajes, quien escribió esta crónica cenó en un restaurante vietnamita por u$s 15 dólares. Luego en Metro, -u$s 1,20- llegué a la estación Marina Bay.

El imponente edificio, -son tres unidos por el último piso a través de una pileta de natación totalmente iluminado-, albergaba casi 90.000 personas perfectamente ordenadas por un sistema de seguridad impecable que esperaban las luces y los fuegos de artificio del 2020.