“No escribo como quien soy, sino como, misericordiosa, quiere la poesía”

El poeta salteño Leopoldo “Teuco” Castilla es una de las voces esenciales de la poética iberoamericana, y con una frondosa obra publicada y premiada hoy está dedicado al movimiento internacional Bosques de la Poesía que está expandiéndose en contraposición de la devastación de la naturaleza en el mundo.

El poeta, líder del movimiento de los bosques de poesía donde lucha contra la devastación de la naturaleza.

Nació en Salta, Argentina, el 27 de marzo de 1947, en una familia de poeta y cantores. En 1976 debió exiliarse en España donde ejerció el periodismo y fue titiritero.​

Su poesía hace referencia a su tierra natal, a las añoranzas del emigrante, y a sus viajes por un sinfín de países y regiones del mundo. Fue invitado por la Unión Soviética para escribir un libro que la Editorial Progreso de Moscú publicó en 1990 con el título Diario en la Perestroika.

Teuco Castilla con el intendente de la ciudad de Villa Carlos Paz, Córdoba y poetas que acompañan en la lucha.

 También es autor de Nueva poesía argentina (Madrid, Editorial Hiperion, 1987), Poesía argentina actual (Estocolmo, Editorial Siesta, 1988) y El cantar del Catatumbo (Crónicas de la Venezuela Bolivariana) (Buenos Aires, Argentina, Desde la gente, 2014)

Con su hermano Gabriel Castilla publicó Cuentos y dibujos de los niños de Castilla-La Mancha, editado por la Junta de Comunidades de esa región española en 1995 y Manuel J. Castilla, Crónica bibliográfica (Fondo Editorial de la Secretaría de Cultura de la Provincia de Salta y EUDEBA, Buenos Aires, Argentina,2018). En 1999 publicó El árbol de la copla (Buenos Aires, Ediciones del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativo).

Sus libros fueron traducidos al inglés, francés, alemán, italiano, sueco, portugués, chino, turco, macedonio y ruso. Sobre su cuento “La Redada” se filmó el largometraje homónimo dirigido por Rolando Pardo.

¿Cómo te diste cuenta que tenías una vida comprometida con la poesía?

Tuve dos suertes, ser hijo de un poeta y nacer en Salta. La primera porque aprendí de mi padre casi todo lo que sé de este oficio, de la entereza y autenticidad que exige y la entrega total que reclama. Y de mi madre un cierto lirismo tan delicado como libertario.

En mi infancia la poesía iba y venía por la casa, en los diálogos, en las lecturas y en las canciones que traían los amigos músicos, cuando no las creaban allí mismo.

¿Tiene tu voz una geografía?

Salta, mi tierra, me dio la copla, esa vértebra fundamental de la poesía de nuestra lengua que forjó España y templó América Latina con distintos fuegos. Todavía esa tonada suena brumosa pero invencible suena en el fondo de mis versos.

¿Qué autores siempre están en vos?

A Federico García Lorca, a Rafael Alberti, a Miguel Hernández y Antonio Machado les debo mis primeros deslumbramientos por la poesía. Crecí admirando en Pablo Neruda la visión pánica, en César Vallejo, el salto al abismo humano, en Drumond de Andrade el ojo contemporáneo y en Nicolás Guillén la rebelión y la alegría.

¿Y tu andar?

Después crecí rodeado por la arboleda hermosa y firme de los poetas de mi tierra, bebiendo las lluvias de la poesía que nos llegaba de todo el mundo. Con el tiempo, andando por los caminos, reconocí la fuerza casi geológica que sacude a la poesía latinoamericana, a su raíz y a su metafísica. Después, durante mi exilio en Madrid, aprendí de la incesante y firme  facundia de toda su literatura.

Todos ellos están latiendo en lo que escribo pero creo que no han marcado notoriamente sus voces en la mía.  Y es que yo, las pocas veces que tengo suerte, no escribo como quien soy, sino como, misericordiosa, quiere la poesía.

Castilla con el autor de esta nota y el intendente Gómez Gesteira en el bosque de la poesía en Villa Carlos Paz. 

Los premios

Fue condecorado en la Universidad de Carabobo de Venezuela por su producción. Obtuvo el Primer Premio Municipal de Poesía de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, bienio 1998/1999; el Primer Premio de Poesía año 2000 del Fondo Nacional de las Artes.

En 2003, recibió el Libro de Oro del año instituido por Fundarte por Libro de Egipto; el Premio Esteban Echeverría, por elección de la mayoría de los escritores argentinos. En 2014 fue galardonado con el prestigioso Premio Konex y el Premio Rosa de Cobre de la Biblioteca Nacional por toda su trayectoria.

También ganó el Premio Internacional de Poesía Víctor Valera Mora que otorga el Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos de Venezuela.

Por su último, la Academia Argentina de Letras distinguió Tiempos de Europa, como el mejor libro de poesía publicado en el trienio que va desde 2013 al 2015 y recientemente fue galardonado por toda su obra con el Gran Premio de Honor de la Fundación Argentina para la Poesía año 2018.

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