La casa azul es furor en Carlos Paz

Hace dos meses, dos amigos convirtieron una casona histórica de Carlos Paz en el nuevo hostel de la ciudad y se convirtieron rápidamente en uno de los alojamientos más buscados en las plataformas como Booking y TripAdvisor.
La casa azul se erige imponente en la calle Pellegrini 488, a sólo un par de cuadras del Cu-Cú y a metros del Puente Uruguay. Se llama «Blau Hostel» y está temporada fue elegida por cientos de viajeros que aseguran haber vivido unas vacaciones inolvidables.
Durante un relevamiento reciente, la Agencia Córdoba Turismo lo clasificó como el único hostel de la ciudad (independientemente de que existen otros que se llaman hostel) porque cuenta con una serie de carcateristicas únicas como cantidad de habitaciones, valor arquitectónico y demás.

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Iván Gurriere y Leandro Baral son los encargados de llevar adelante el hostel, que además de contar con habitaciones privadas y compartidas, cuenta con lockers y un bar tropical dónde pueden degustarse los mejores tragos y es posible disfrutar de pizzas y picadas.
Su ubicación estratégica en el centro de Carlos Paz, sus tarifas competitivas y las características únicas que tiene el hostel, lo hicieron uno de los más solicitados del verano. «Es más que un alojamiento, es una experiencia que los viajeros disfrutan muchísimo. Hay algunos que vinieron y no se quieren ir»; cuenta Iván, en diálogo con El Diario.
La casa azul es además una construcción de gran valor histórico para la ciudad, ya que fue construida por el reconocido arquitecto Ángel Lo Celso, quien introdujo el Art Decó en la Argentina. Lo Celso levantó varias de las casonas que se ubican en inmediaciones del Centro Viejo y Villa Suiza, lo hizo a pedido de familias de Córdoba, Rosario y Buenos Aires y todas tienen un diseño único.
De todas ellas, quizás la más llamativas sea «Legany», hoy rebautizada «Blau Hostel», y no solo por su color, sino porque volvió a abrir sus puertas para albergar sueños y pasiones provenientes de todas partes del mundo.
«Hemos trabajado mucho, todavía nos falta mucho por hacer. Pero la gente está muy feliz y disfruta mucho su paso por acá, todos los que pasan miran la casa y los invitamos a que vengan a conocernos. Tenemos un bar abierto al público»; agregó Leandro.
«Es una casa con mucha historia y queríamos hacer algo distinto, más acorde a las nuevas tendencias de los viajeros que no buscan hoteles, sino lugares donde pueden hacer amigos y sentirse como en su casa»; completó Iván.

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